En las principales avenidas de la capital los vendedores
ambulantes aprovechan el flujo de vehículos y peatones para vender los más
diversos productos.
Entre el listado de mercancías están los aguacates, cargadores
de celulares e incluye botellas de agua, dulces, jugos, empanadas, refrescos y
tarjetas de llamada. Recientemente el Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN)
anunció que se prepara para regular las actividades de estos importantes
actores de la economía informal, pero tendrá que sentarse a conversar con sus
representantes antes de implementar cualquier medida.
El ayuntamiento
quiere organizar
Técnicos del Ayuntamiento del Distrito trabajan en un
proyecto que busca regular la explotación comercial de los espacios públicos de
Santo Domingo.
El secretario general del cabildo, Domingo Contreras, asegura
que la intención de las autoridades es garantizar que todos los comerciantes de
la ciudad cumplan con los estándares generales de seguridad, orden y
salubridad. La ordenanza se presentará próximamente a los regidores, y forma
parte de los intentos por hacer de la capital dominicana una ciudad más
armoniosa y respetuosa del bienestar de los ciudadanos y las ciudadanas, señala
Contreras.
“Se creará una comisión del Consejo de Regidores para
conversar con ellos (los vendedores). También serán invitados a las vistas
públicas. Pero al final todos tenemos que entender que hace falta cumplir con
ciertos requisitos para dedicarse a la explotación comercial de los espacios
públicos”, resalta el funcionario, en respuesta a las inquietudes de los
comerciantes informales.
Todavía no hay una fecha fija para la discusión del proyecto
de ordenanza, pero el ADN está convencido de que los regidores y la sociedad en
general acogerán de manera positiva los intentos de regulación. Contreras dice
que, si no es con la supervisión constante, la ciudadanía no puede estar segura
de que las personas que venden en la calle no son delincuentes ni personas
enfermas que pueden contaminar los alimentos que distribuyen.
Estadísticas
La economía informal es uno de los principales paliativos de
las precariedades que enfrenta la población adulta y en ocasiones de menores de
edad, cuando no pueden acceder a un empleo formal para abastecer al menos una
parte de sus necesidades.
Las estadísticas oficiales son más que evidentes. De acuerdo
con la Encuesta de Fuerza de Trabajo del Banco Central, el 56% de la mano de
obra activa en el país trabaja en actividades laborales de informalidad.
El hecho de que los trabajadores informales representen más
de la mitad del universo de empleados en el país, evidencia la importancia que
tiene la informalidad en la economía nacional.
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